(por Fernando Avanzini)
Como un simple extra en una efímera comedia,
sigue el guion nuestro ser alucinado
perdidos y temerosos de que sea una tragedia.
Para el monstruo del olvido somos pan devorado
Desde el estrecho escenario, entre el ayer y el mañana,
la oscuridad que embulle las butacas miramos.
Pero no hay director ni audiencia a la vista,
teñidos de pavor y desengaño, el acto continuamos.
Rechinando dientes concebimos la inquietante idea
de que algún día descenderá el telón,
encontrando solo nuestra ausencia.
Y aun así continuamos…. apegados al guion.