La bondad es el cielo, en el paisaje que son tus ojos.
Perfumada de júbilo me lo impregnas con tu presencia.
Me gusta dormir en tu regazo y perderme en tu abrazo .
Tiñes mi vida de color, ese color que sólo tu conoces,
ese color que sólo tu tienes.
Mi musa eres, en oro esculpida, un florido jardín,
con aves de terciopelo y jazmines de plata.
Sin ti duermo en la penuria, el mundo es un páramo solitario
y mi alma, una estéril salina.